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Julián Méndez es uno de los músicos más experimentados de la actualidad. Fundador y ex
miembro de Lori Meyers, bajista en Los Planetas y capitán de su proyecto, Checopolaco.
Nos reunimos hace una semana con él para charlar sobre el estreno de Regular (Lojasound
Records SL, 2021), cuarto disco con su banda, en un céntrico bar de Malasaña. Con una
cerveza en la mano, rodeado de gente cercana, Julián habla con total naturalidad de un
disco que ha nacido de la misma forma.
Regular es un juego de palabras, queda en manos del oyente escoger una acepción. La
interpretación de los significados de las canciones es libre, como la elección de los finales
de los míticos libros Elige tu propia aventura; buscando “mucho peso en el acto
comunicativo” para que quién escuche, también, participe.
Los discos, para Checopolaco, son mensajes enviados a un receptor desconocido. En este
caso, son 10 misivas de amor lanzadas a lo que te guste: “Amor a tu perro, amor a tu familia
o amor a tus amigos. Son de cariño y normalmente van dirigidas a alguien. Pero ese alguien
puede ser tu vecino, tu novia, tu novio o quién tengas alrededor que te quiera y te cuide”.
Su cuarto álbum se ha gestado en poco tiempo, durante el confinamiento. No supuso un
cambio en su estilo de vida. Le afectó para no prolongar la presentación en directo de su
anterior trabajo, Tres Pasos (Lojasound Records, 2019), que presentaba un formato
relajado pero complicado de mover y dar un giro radical a una historia más rock.
En cada disco se notan sus influencias, la música con la que creció, como The Beatles,
Nirvana, Foo Fighters o el power pop alternativo español. Con Regular ha vuelto a sentirse
como si fuera un niño: “Este disco es como volver a ser chiquitillo. Empecé a pensar menos,
a dejarme llevar un poco y en un par de semanas me salieron 10 canciones muy naturales o
de los 90 o de los primeros discos de The Beatles. Me apetecía ese rollo más simple y más
directo”.
Pero no todos los temas son íntegramente suyos. “Martes” y “Lo menos falso” los ha
compuesto e interpretado Natalia Drago, solista de la banda argentina Srt. Trueno Negro. La
explosión de la pandemia la cogió en Granada donde pasó los meses de encierro y
aprovechó para alargar su estancia. Julián no dejó escapar la oportunidad de colaborar con
ella y un día que se encontraron la invitó a grabar.
El sonido de cada álbum de Checopolaco es estilísticamente diferente, fruto del azar y de
las máquinas con las que cuenta en su estudio de grabación, Lojasound Records. Julián
siempre ha grabado su material. Desde versiones de The Beatles los domingos para
molestar a su padre con un cuatro pistas en casa a canciones con sus bandas de la
adolescencia. Fue la explosión de grupos en Loja, su localidad natal, y la publicación del
primer disco de Lori Meyers lo que llevó a su padre a habilitar un estudio en sus oficinas de
dos plantas para que desarrollara su creatividad. Ahora, con su padre jubilado, se ha hecho
con las dos plantas para seguir invirtiendo en el estudio de grabación por donde han pasado
varios grupos de Granada.
La diferencia entre el sonido de sus discos no es un problema. Tampoco lo es la idea de
parecerse a algunas bandas cercanas. “Checopolaco son mis canciones y si salen
parecidas a Los Planetas no las descarto. No lo pienso. El sonido como técnica pura
tampoco lo pienso, si sale parecido no reniego ni voy buscando otro sonido”. Gracias a que
no reniega del sonido que le nace, podemos decir que Regular es un disco singular y muy
recomendable de escuchar.
Las fotografías las ha hecho Fran Salgon https://www.instagram.com/fr4n_photo/
Entrevista realizada por Begood García. https://www.begoodgarcia.es/
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